Solo somos máscaras. Y no por la obligatoriedad que existe actualmente de llevar mascarilla por el puto virus. Os voy a contar por qué.
Ayer llegué a casa de mis padres, que viven en un pueblo. Aparco el coche y me cruzo con mi hermana y mi padre que se marchan. Llego a casa y está mi madre, que al verme sonríe y me dice "mira quién ha venido". No podía creer lo que mis ojos veían. ¡Raúl Gonzalez Blanco! ¡¡Mi ídolo de la infancia estaba en casa de mis padres!! Le di un abrazo y salimos al jardín a charlar. Estuvimos un rato hablando hasta que algo desvió nuestra atención. Una extraña figura se entreveía entre las nubes. Parecía una imagen de la virgen María. Sí, en efecto era una imagen de la virgen María. Rápidamente saqué el móvil para inmortalizar tan increíble momento. Con los nervios, no hice una foto buena. Raúl me aconsejó como hacer para que saliera mejor. Pero yo decidí grabarlo en vídeo. Tras la imagen de la virgen, se fueron sucediendo otras. Rafael de las Tortuga Ninja, escenas de películas, de videojuegos, históricas, de la tele... Nos tumbamos en el prao para contemplar el fenómeno. Yo no podía dejar de grabarlo, era algo histórico que había que guardar en vídeo. Aquello era digno de ver. La mejor película que haya visto jamás y con la mejor compañía. La anoche ya era cerrada cuando la locución que acompañaba a las imágenes hablaba sobre los hitos y logros de la humanidad. Cuando la voz dijo "y ahora solo sois máscaras" unos extraños seres se abalanzaron sobre todos los que estábamos grabando el momento y nos arrebataron el móvil. A mi incluso me pisaron en los genitales. Motivo por el que me desperté del sueño. Y aun despierto, me dolían los huevos del pisotón. Quedé tan sobrecogido que no pude volver a dormir.
Es sorprendente que un sueño sea capaz de mandarnos un mensaje a toda la humanidad. Que nos diga que solo somos máscaras es una verdad como un templo. De un tiempo a esta parte , la mayoría somos incapaces de disfrutar libres de un concierto, una puesta de sol o una actuación en la calle sin sentir la necesidad de grabarlo. Para retenerlo en un vídeo que probablemente quede oculto en nuestra galería y no lo volvamos a ver nunca.
Este sueño me ha dejado tocado. Escribiendo estas líneas recordándolo se me ha puesto la piel de gallina en varias ocasiones. Estaba siendo precioso estar junto a Raúl vestido con el equipaje con la que el Real Madrid ganó la Octava. ¿Qué clase de conexiones hacen nuestras cabezas para juntar en un sueño a un ídolo de la infancia y a tantos referentes y acabar haciendo una crítica tan feroz de lo que nos hemos convertido?
¿Ha sido un sueño o un toque de atención? Aquí veo historia. A los seres que nos crearon no les gusta la deriva que hemos tomado y han decido intervenir...
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